Camisería Artesanal

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Camisería Artesanal

Antes de empezar a hablar de camisería y lo primero de todo, decir que comencé en el oficio de camisero por obligación y a la vez que aprendí el de sastre.

Alla en el año 95 los camiseros eran tan escasos como lo son ahora y en la casa donde comencé ambos oficios, el camisero tuvo un problema de salud y tuvieron que sustituirlo, como no encontraron ninguno no hubo más remedio que buscar un aprendiz, el cual fui yo.

El sastre fue el que se encargó de las dos cosas. El mal que siempre hemos padecido los que queríamos aprender un oficio era que muchas veces los maestros no querían transmitir del todo sus conocimientos y en este caso el camisero que había no enseño nada a nadie, por lo que mi maestro sastre y yo no tuvimos más remedio que aprenderlo con algún patrón que había dejado y la técnica de prueba y error.

Después de esta introducción y antes de adentrarnos más a fondo en la camisería, ruego que si algún camisero con más experiencia ve en mi texto algún error o inexactitud, sepa perdonarme, en ningún caso quiero asentar catedra y todavía sigo aprendiendo de este maravilloso oficio.

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Empecemos por el principio, cuando el cliente entra por la puerta la toma de medidas de la camisa empieza por el cuello seguido del hombro, largo de mangas, ancho de puño, el pecho, el frente de pecho, el frente a sisa, el largo del talle, el largo de la camisa, la cintura y la cadera (en este orden me enseñaron, supongo que habrá otros) y se anotan las medidas totales, no mitades. Luego muchas de estas medidas llevan su desahogo.

Al igual que en la sastrería nos fijaremos también en la complexión del cliente para tener en cuenta la caída de sus hombros, asimetrías, etc. Para así aplicarlas más tarde al realizar la camisa.

Después de esto nos iríamos a la mesa de corte para plasmar esas medidas en el trazado, se puede marcar directamente en el tejido o, como yo lo prefiero, marcarlo en papel para así ya tener el patrón de cada cliente. De esta manera en los sucesivos encargos, salvo que el cliente varíe de medidas, siempre saldrán igual.  No vamos a entrar en como se realiza el trazado, pero si decir que consta de una serie de proporciones, tablas y desahogos, propias de cada camisero después de perfeccionar su método tras muchos años de práctica.

La camisa se compone de diferentes piezas las cuales son los delanteros, la espalda, las mangas, el canesú, las carteras, el cuello y los puños. Estas son las piezas base, luego existen otras muchas variaciones dependiendo del tipo de camisa.

Todas las piezas van cortadas siempre al hilo, la única salvedad podría ser el canesú que hay quien lo corta atravesado o uniéndolo con una costura al bies para que ceda un poco y se adapte algo mejor al cuerpo. En las mangas, sobre todo antiguamente, se cortaba una nesga que se ponía en la parte interior de esta, se hacía mas para ahorrar algo de tejido, pero hoy está prácticamente en desuso y se corta de una sola pieza. Estas según modas o gusto de la casa pueden tener más o menos pliegues en su bocamanga en la unión al puño, lo cual afectara a la anchura y estética de la manga.

También se puede observar que algunos camiseros, sobre todo italianos, gustan de meter flojo en la parte alta de la pegadura de la manga con la sisa, quedando con muchos flojitos arriba, esto aparte de un poco más de amplitud en esa parte es un detalle estético que puede gustar más o menos.

Vamos a hablar ahora de las distintas especialidades y operarios/as que componen una sección de camisería y que luego después de juntar todas las piezas, componemos la camisa.

Cada una realiza una sola función y puede que no sepan realizar las otras, pero todas son sumamente importantes; la falta o la mala realización de cualquiera de ellas darían al traste con el resultado final de la camisa.

La vistera se encarga de realizar los cuellos y los puños, la bordadora, como el nombre lo indica, de hacer las iniciales, sellos o logotipos a mano y la camisera que es la que se encarga junto con su equipo de rematadoras y después de muchas horas de trabajo, de juntar todas las piezas y rematar con esos preciosos ojales, picados y forrados la camisa y finalizarla cosiendo esos valiosos botones de madreperla que adornaran la pechera. Por último, la planchadora que se encargara de dejar la camisa impecable para entregar al cliente.

Los cuellos y puños se componen de la hoja que se ve o vista y de la que queda por la parte interior. En el caso del cuello consta de dos piezas, la pala propia o cuello y el pie de cuello, y puede tener distintas aperturas, así como distintos altos, siempre a gusto del cliente o modas.

Normalmente disponemos de varios modelos de cuellos y puños, pero la ventaja que tiene la camisería artesanal es que partiendo como base de estos siempre podemos hacer uno personalizado al gusto al cliente. Con los puños pasa lo mismo, los hay sencillos (redondos, de pico, carrados, …) o dobles para gemelo.

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La ventaja de la camisería artesanal es la personalización de todo tipo de detalles y gustos, en este que nos viene al caso distintos tipos de entretela, distintos altos, ballenas fijas o extraíbles, etc.

Las entretelas que empleamos para las vistas suelen ser de algodón y van cortadas siempre al bies para que puedan prestar un poco y encojan lo menos posible. Para su unión con los cuellos y puños, se pueden hacer sin termofijar como se ha hecho desde tiempos inmemoriales o termofijadas como actualmente se realiza en casi todas las camiserías, aunque como siempre decimos el cliente es el que tiene la ultima palabra. Las ventajas de unas sobre otras es el mantenimiento y la duración. Las entretelas sueltas requieren un lavado y un planchado de la camisa muy cuidadoso para que no queden arrugas y de un aspecto mas descuidado. Las termofijadas sin embargo, requieren un cuidado menor, acorde con los tiempos actuales, y siempre el cuello y los puños van a tener un aspecto impecable que es la seña de identidad de la camisa. Personalmente por mi experiencia, he tenido muchos menos problemas con los termofijados que con los sueltos, pero siempre hay de quien gusta llevar unos cuellos a la antigua usanza.

La camisa tradicionalmente artesanal estaba hecha totalmente a mano, pero hoy en día una camisa hecha de esta manera tendría un coste de cara al cliente inasumible, por lo que se han reducido algunas operaciones manuales.

Normalmente, salvo casos excepcionales en el que el cliente lo pida y hablando por mi experiencia, hacemos las siguientes operaciones a mano: el forrado de las sisas para que no se vea el pespunte y tan solo se aprecie un ligero picadito, el bajo de la camisa hecho a repulgo como los reputados pañuelos de seda de muchas famosas casas o con costura de 1 cm de ancho forrada a mano, forrado interior de cuellos y puños, ojales, cosido de botones y bordado de iniciales. Como hemos podido leer a pesar de no forrar hombros y costados, ya son bastantes pasos a mano, pero cada casa realizara estas u otras operaciones, también acorde al precio final de la camisa. A más operaciones a mano siempre encarecerá el precio.

Los tejidos empleados para la confección de la camisa, normalmente suelen ser algodones de distintos grosores y calidades de hilo. Podemos encontrar desde los básicos hilos de 70´s a dos cabos hasta los exclusivos algodones egipcios GIZA 45 con una hilatura de 300´s. Siempre cuanto mas fino es el hilo mas agradable es llevarla al cuerpo, pero también es mas delicado y menos duradera. Hace bastantes años también se empleaban algodones mezclados con poliéster, pero hoy prácticamente han desaparecido y han sido sustituidas por algodones a los cuales tratan el hilo para que planche mejor, tenga más torsión y no arrugue tanto, incluso los hay que repelen las manchas de líquido. Todo esto esta pensado para los clientes que demandan una camisa con escaso mantenimiento y que por su trabajo viajan mucho.

En el mercado existen grandes casas de tejidos como Thomas Mason, Soktas, Canclini, Alumo, Reda o Reisser & Livaditti, todas ellas de excelente calidad, con infinidad de diseños y acabados.

Lamentablemente todas ellas son de fuera de España ya que hoy en día no contamos con ninguna fabrica en nuestro país con estas calidades. Dentro de los distintos tipos de estructura tenemos los popelines, los twill o diagonales, los Oxford, los pint point, villelas, linoso o sedas entre otros.

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Las camisas artesanales no requieren de ningún cuidado especial, solo hay que cuidar de lavarlas en agua fría, puede ser a máquina en programa delicado o a mano y plancharlas a ser posible húmedas para que sea mucho más fácil de hacer. Si estuviesen secas no habría mas que mojarlas con un pulverizador de agua y meterlas en una bolsa de plástico para que se humedezcan. Lo que nunca bajo ningún concepto hay que hacer es meterlas en la secadora ya que esta nos puede hacer encoger la camisa varios centímetros o de dar mucho vapor a alta temperatura a cullos y puños porque podrían hacer que se despegase el termofijado.

Mario Zafra Duarte